jueves, 28 de mayo de 2009

La educación digital


PRESENCIA Y TELEPRESENCIA
En este nuevo mundo digital, los edificios dedicados a la educación sufrirán una transformación importante en su arquitectura. Las comunicaciones, las redes por las que se impartirá una educación a distancia, permitirán una distribución diferente del aprendizaje en el espacio y en el tiempo. Algunos espacios se reciclarán progresivamente, otros desaparecerán.


Características de la educación a distancia
En cuanto al tema de la educación a distancia debemos reconocer que hasta el momento no contamos con buenas tecnologías digitales para ofrecer una educación a distancia de valor. Enfrentándonos así a un dilema moral: el miedo a la libertad. El maestro o el profesor al frente de la clase aspira a conservar el control del proceso educativo dentro de los límites de un programa impuesto autoritariamente. Fuera de los muros del aula, del laboratorio o taller este control presencial desaparece y el alumno quedaría libre de hacer su voluntad.
Después, el temor al cambio. Este obstáculo es esencialmente cognitivo. Por ignorancia se prefiere repetir lo conocido. De allí proviene la tendencia de repetir con nuevas tecnologías lo que siempre se ha hecho sin ellas. En realidad no se cambia nada, sólo se reproduce lo mismo bajo un nuevo formato.
Finalmente, nos enfrentamos a la limitación económica debido al alto costo de las comunicaciones digitales en la mayor parte de los países. Aquí reside, la mayor desventaja de la teleeducación respecto de la educación presencial, donde nadie paga por minuto de hablar, escuchar o mirar. Pero sus ventajas son también evidentes, los costos de desplazamiento, el tiempo y el esfuerzo que significa reunirse en un lugar para presenciar una clase, desaparecen en la educación a distancia.
Por de pronto, el concepto de tarifa plana en Internet, es decir el pago de un canon mensual para comunicaciones durante 24 horas del día sin restricción alguna, configura una modalidad novedosa y reconfortante, propia del nuevo mundo digital. La extensión generalizada de tarifas planas a todas las tecnologías de redes digitales hará posible concretar el sueño de una telepresencia, en una sola red unificada, que hasta el momento sólo se da en contadas ocasiones.
A esto se suman, las ventajas económicas que provienen del ahorro en transporte que significa una educación descentralizada. Este costo considerable de la educación presencial es evidente cuando se comparan los gastos escondidos (tiempo y transporte) y las grandes inversiones inmobiliarias (metros cubiertos de construcción) frente a los gastos computables (tarifas planas) y a las inversiones en equipamientos informáticos y de comunicación, que requiere la educación a distancia.






Las tres generaciones
Se puede hablar de tres generaciones de tecnología educativa a distancia. Primera generación (impresos): envío de textos y manuales por correspondencia, intercambio de documentos. Segunda generación (analógica): envío de vídeos, programas radiales, TV abierta, TV por cable. Tercera generación (digital): videoconferencias + redes (Intranet + Internet). En realidad la educación a distancia más empleada por el momento es una mezcla de ingredientes de las tres generaciones.
Estas diferentes modalidades se han extendido a los más variados segmentos de la población y abarcan principalmente los niveles secundarios, técnicos y universitarios. Por eso la teleeducación digital impondrá nuevos hábitos de estudio y de enseñanza que complementarán los presenciales y estimulará el desarrollo de nuevas modalidades para aprender y enseñar en todos los niveles.
Estos hábitos digitales novedosos van a implicar que las carreras y los cursos se acorten. La sociedad moderna está en continua transformación, los conocimientos se renuevan aceleradamente y el alumno de una carrera prolongada corre el riesgo de aprender muchas cosas inútiles que serán inexorablemente superadas por los acontecimientos. La sociedad moderna exige a los educadores un esfuerzo de imaginación y de coraje para implantar un régimen extendido en el tiempo que ofrezca (a todos, docentes y estudiantes) las mejores oportunidades para un reciclamiento permanente de los conocimientos a lo largo de toda su vida.
Queremos también enfatizar el valor decisivo del intercambio personal entre el profesor y el alumno. La educación a distancia pone de relieve este aspecto: mediante la tecnología digital el profesor está más cerca de su discípulo que muchos otros que sólo lo ven de lejos en las clases magistrales.
Una educación a distancia permite una evaluación permanente del alumno, quien se encuentra en red con su profesor en todo momento, lo que disminuye los sobresaltos y las sorpresas del examen final. La educación a distancia refuerza la interacción profesor/alumno, en lugar de disminuirla o anularla, como algunos imaginan. Es más, cuando el profesor combina su telepresencia con su presencia efectiva y tutorial puede encontrar un mejor equilibrio, disminuir la redundancia de los cursos, aprovechar mejor el diálogo cara a cara, maximizar el empleo de los recursos disponibles, disminuir los traslados innecesarios y frustrantes. Todo esto exige una actualización permanente de los sistemas (redes, videoconferencias) y una capacitación pedagógica acorde con los tiempos digitales.


Sincronía y asincronía
Debemos diferenciar entre momentos asincrónicos y sincrónicos en la educación a distancia. En cuanto a la asincronía, los profesores pueden mejorar y extender el diálogo, las consultas y los comentarios críticos con sus alumnos a distancia mediante el empleo del correo electrónico a cualquier hora del día o de la noche, sin invadir la privacidad y los tiempos de su alumno. Respecto de la sincronía, las salas de videoconferencias para pequeños grupos pueden permanecer permanentemente abiertas gracias al régimen de tarifa plana. Los cursos y seminarios se suceden con naturalidad y todos se encontrarán a determinadas horas del día o la noche siguiendo un ritmo que puede resultar más flexible que los habituales en la educación tradicional.


Espacios de encuentro
Los lugares y momentos de encuentro en una educación digital serán muy diferentes a los actuales. En una escuela digital el aula estará distribuida por todo el establecimiento gracias a las múltiples conexiones entre computadoras, y se prolongará en el hogar, como hemos explicado anteriormente. También los tiempos mudarán, en la era digital las divisiones temporales no tendrán más sentido. También cambiará el concepto y la práctica de las vacaciones escolares, puesto que la educación será permanente y personalizada.
Poco a poco se abrirán las ventanas de la escuela al mundo y aparecerá un nuevo lugar de encuentro: la sala de videoconferencias.


El aula abierta al mundo
La videoconferencia nos ofrece la posibilidad de conversar con otra o varias personas a distancia con audio e imagen en movimiento. Dos grupos de personas pueden verse, hablar y dialogar con la mayor facilidad aunque los separe un océano.
A pesar de sus evidentes ventajas el tema de la videoconferencia es conflictivo para muchos. La presencia y la telepresencia se presentan, a veces, como posiciones excluyentes. Muchos temen que con la videoconferencia se pierda el contacto directo entre docente y alumno. La telepresencia, es una solución al alcance de la mano aunque todavía pocos se atreven a implementarla. La educación que se limite al aula presencial no tendrá futuro, tendrá que ofrecer ambas modalidades pedagógicas: presencia y telepresencia.
A la escuela digital le corresponde, ofrecer estos nuevos y extraordinarios recursos educativos a toda la comunidad. No se trata de una tecnología para el futuro lejano, es la tecnología de hoy y tenemos la responsabilidad de usarla bien.
Esta prodigiosa modalidad de comunicación exige un local apropiado. Cuando el aula presencial tradicional se vaya desmontando en función de una enseñanza mejor distribuida, tal vez ese nicho pedagógico pasará a ser ocupado por la sala de videoconferencias.


¿Cuáles son su ventajas?
La videoconferencia es interactiva. Los participantes dialogan entre sí a través de pantallas de televisión que se disponen de manera adecuada para facilitar la conversación a distancia. Se puede buscar a una persona en otra sala mediante la manipulación a distancia de la cámara remota, identificar a una persona, acercar o agrandar su imagen y conversar directamente con ella mirando a sus ojos.
La videoconferencia es flexible. Las salas de videoconferencias se "agrandan o contraen" con facilidad. Las pantallas de vídeo pueden variar en número y tamaño, de acuerdo con el número de asistentes.
Las videoconferencias con fines educativos deben tener una amplia libertad de uso. La sala de videoconferencias es simultáneamente una sala de videograbación. Cuenta con videograbadores y los docentes y alumnos podrán grabar automáticamente sus clases en vivo mientras están comunicándose, de esa manera, al cabo de un año lectivo, las instituciones involucradas contarán con una videoteca de inapreciable valor didáctico, con una nueva memoria audiovisual.


Los nuevos nichos educativos
La educación a distancia "sale" en busca del alumno donde se encuentre y no le pedirá que concurra a una sede central. Se lo instruirá convenientemente para interactuar desde su casa, oficina o empresa. Mientras la universidad presencial es de tipo "centrípeto" y requiere la confluencia simultánea en una misma sede de alumnos y profesores, la educación a distancia es "centrífuga", es decir se irradia a todo el planeta.


Un nuevo tipo de profesor y de alumno
El profesor que participe en la educación a distancia debe cumplir varios requisitos indispensables.
- Dominar perfectamente la tecnología educativa a distancia. Los profesores deberán capacitarse en el uso de las nuevas tecnologías (esencialmente correo electrónico y videoconferencias). Esta capacitación es necesaria debido a las exigencias siempre cambiantes de la educación a distancia y a las nuevas oportunidades que ofrece la renovación acelerada de las tecnologías.
- Estar bien equipado en su domicilio o lugar de trabajo. Es preciso que el docente disponga en su casa del equipamiento informático y de comunicaciones considerado estándar. Este equipamiento deberá actualizarse periódicamente.
- Adquirir nuevos "hábitos digitales". El profesor debe aprender a eliminar, dentro de lo posible, la información impresa y reemplazar el papel por bits. Por una parte debe habituarse a establecer una rutina diaria de correspondencia electrónica con sus alumnos y colegas. Por otra, desarrollar nuevos criterios para convertir a la telepresencia en un ambiente creativo y de diálogo permanente.
- Brindar una atención tutorial a sus alumnos a distancia. La teleeducación aproxima a los participantes de una manera muy peculiar, intensa y cordial. El profesor dispondrá de más tiempo libre para dialogar con cada uno de sus alumnos y colegas a través de las redes y de las videoconferencias.
Todo lo dicho vale obviamente para el alumno. El alumno a distancia recibirá toda la capacitación necesaria para operar con las computadoras y las redes con soltura, y con la práctica aprenderá a participar con el mayor provecho en las videoconferencias. Una de las ventajas más notables de la educación a distancia es la conexión permanente entre el alumno y el profesor a través del sistema digital. Por consiguiente el alumno podrá ser evaluado con una periodicidad mayor que la habitual. Esta evaluación incluye la corrección a distancia de tareas y trabajos prácticos. Algunos exámenes podrán realizarse también por entrevistas personales en videoconferencia.
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