martes, 27 de octubre de 2009

Los especialistas y sus roles: comunicación interdisciplinaria y cooperación


Todos los adultos que trabajan con personas discapacitadas visuales tienen, por lo menos, una preocupación común: el progreso del sujeto con baja visión. La efectividad de la comunicación entre las personas involucradas tiene mucho que ver con el progreso del aprendizaje y la eficiencia funcional de quienes tienen visión disminuida.
Entre los especialistas, además de los padres de familia, el personal para el diagnóstico y la evaluación, los especialistas en visión, los psicólogos, los oftalmólogos, el personal educativo, los terapistas ocupacionales, entre otros, se encuentra el rol del psicopedagogo.
Los psicopedagogos están especialmente entrenados para aplicar tests y para asistir a los maestros en la formulación y desarrollo de planes educativos realistas. El rol de estos profesionales suele variar entre una comunidad y otra y su participación depende de la disponibilidad que exista y la cantidad de casos que se deban atender. Comúnmente realizan las siguientes tareas:
- Seleccionan y adaptan tests y las pruebas más adecuadas para obtener la mayor cantidad de información válida referida a los alumnos.
- Sugieren y apoyan la actuación de los otros especialistas cuando se requiere la interpretación de los resultados de las pruebas.
- Proporcionan a los maestros las correspondientes indicaciones referidas a las dificultades y posibilidades de los alumnos que atienden.
- Participan de las reuniones de equipo y de la toma de decisiones sobre la ubicación y el adecuado tratamiento que requiere el alumno.


Sugerencias para ayudar a niños con baja visión en edad escolar


Lo principal es que la persona que vaya a ayudar al niño (sea un especialista o no) tenga en claro, en primer lugar, las características únicas de los niños con baja visión, para estimularlos y ayudarlos a que empleen la vista en la realización de sus actividades.
Las siguientes sugerencias se dividen en:
Actividades funcionales: se centran en las tareas visuales que se cumplen en el juego, al movilizarse en el hogar y en la escuela, al atender el cuidado personal y en actividades en general:
- Enseñar al niño en qué consiste su impedimento y lo que puede ver bien. Necesita saber también qué es lo que no ven bien.
- Insistir para que el niño interactúe con otros que tienen problemas similares. Esto ayuda a desvirtuar la idea de que es diferente a los demás.
- Enseñarle al niño a mantener contacto visual con los objetos y especialmente con las personas. La comunicación verbal con alguien mientras se mira facilita el reconocimiento y ayuda a recordar lo que se ha visto.
- Ayudar al niño a desarrollar conductas y habilidades que lo lleven, desde un comienzo, a participar con sus pares en juegos, actividades físicas y recreativas. De esta manera le será más fácil adquirir habilidades sociales importantes para su desempeño.
- Animarlo a que coordine el movimiento con la vista, especialmente cuando debe usar las manos en actividades como peinarse, vestirse, colocar objetos juntos, pintar, armar rompecabezas, etc.
- Para estas actividades funcionales es importante provocar contraste de claro-oscuro en los objetos y el fondo. Por ejemplo: para que comer sea más fácil, use platos claros cuando la comida es oscura y viceversa.
- Orientar al niño en lugares cerrados y abiertos señalando distintas cosas, tales como formas, colores, líneas. Animarlo a que mientras mire toque; de esta manera podrá discriminar los objetos que hay en el medio.
- Enseñarle seguridad. Señalarle zonas peligrosas en su barrio o lugar donde vive, de manera que el niño pueda moverse, de día y de noche, con libertad.
- Provocarle el mirar televisión, como un medio para estimular el desarrollo de la visión. Los niños pueden sentarse tan cerca del aparato como lo deseen. Se suele enfocar e interpretar mejor la acción cuando el sonido es bajo o se lo corta totalmente.

Actividades escolares: estas actividades se refieren principalmente a actividades de cerca, como leer, escribir o realizar cálculos matemáticos:
- Lograr que el “mirar y ver” sean divertidos. Nunca hay que presionar, sólo animar.
- Tomarse el tiempo para poder mirar con el niño libros y revistas, señalando objetos conocidos. Preguntarle lo que ve y que elija la distancia más cómoda para ver.
- Animarlo a que mire, aun si no se tiene seguridad si puede ver dibujos o láminas. Al no estimularlo constantemente a que mire se lo priva de la oportunidad de funcionar visualmente.
- Ser realista en lo que se espera de los resultados visuales. Ayudar al niño a que comprenda y se dé cuenta cómo lo que él ve puede ser diferente a lo que otros ven. Tratar de mirar con atención para lograr mayor precisión de lo que ve y estimularlo a mejorar cuando su rendimiento es inferior al esperado.
- Conocer las ayudas ópticas que el niño dispone y lograr que las use durante su trabajo escolar y en otras tareas.
- Algunos niños con baja visión leen muy lentamente, a menudo mueven la cabeza o el libro en lugar de los ojos. A medida que se cansan, pueden perder la línea, saltar las letras y les puede costar más leer. Siendo así, es aconsejable un cambio de tarea que requiera de menos uso de la visión.
- Tratar de evitar el trabajo sobre superficies lustradas, en sombras o en zonas en donde hay reflejos. Cuando sea posible utilizar luz natural.
- Hacer que trabaje con el pizarrón, el contraste es bueno y la posición es ideal para el uso eficiente de la vista, y desde el punto de vista motriz es más fácil y más cómodo.
- Siempre los mapas y cualquier material gráfico, debe estar agrandado.

BIBLIOGRAFÍA: “Baja Visión: Programa para desarrollar eficiencia en el funcionamiento visual”. Natalie Barraga – June E. Morris. Argentina, Córdoba, 1983.

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